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• Las nuevas directrices buscan frenar esta peligrosa normalización
• La organización llama a erradicar la práctica desde los códigos profesionales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó esta semana nuevas directrices para combatir la creciente medicalización de la mutilación genital femenina (MGF), una práctica que, lejos de erradicarse, ha encontrado respaldo en el sector salud. Según cifras de 2020, alrededor de 52 millones de niñas y mujeres fueron sometidas a esta violencia por personal sanitario.
“El hecho de que profesionales de la salud practiquen la MGF no la hace segura. De hecho, puede volverla aún más dañina”, advirtió la OMS en un comunicado oficial.
Las directrices llaman a prohibir de forma explícita la MGF en los códigos de conducta profesional del personal médico y a capacitarlos para que actúen como agentes de prevención. La legitimación social que genera la intervención médica está dificultando su erradicación.
La actualización fue difundida en abril de 2025 y forma parte de una campaña global para acabar con esta práctica que, aunque ha sido ampliamente condenada, aún persiste en diversas regiones.