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🛑 Vedas voluntarias y mejores lluvias, claves en la recuperación.
🌱 Comunidad local lidera prácticas sustentables para conservar la biodiversidad.
Después de años difíciles, en los que la sequía y la sobreexplotación casi borran del paisaje a los insectos comestibles, la vida regresa poco a poco a Zapotitlán Salinas. Según Antonio Díaz, prestador de servicios turísticos, se ha registrado una recuperación de entre el 30 y el 50% en especies como el cuchamá, cocopache, atexcal y gusano de maguey.
Este municipio, enclavado en la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, vivió una escasez crítica durante los últimos cuatro años. “La verdad es que fue duro, se sentía el vacío en los magueyales”, relata Díaz. Pero gracias a las lluvias recientes y a la implementación de vedas voluntarias —en las que los recolectores suspendieron su actividad hasta por dos años— hoy es posible hablar de una ligera pero esperanzadora recuperación.
Actualmente, los colectores han podido reunir entre 30 y 40 litros de insectos, una cifra aún menor que antes, pero que representa una señal clara de resiliencia ambiental.
Además, comunidades vecinas comienzan a replicar las medidas, entendiendo que conservar es también asegurar el sustento.