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El conflicto entre Kylian Mbappé y el Paris Saint-Germain volvió a escena con acusaciones cruzadas y cifras que estremecen al fútbol europeo. El club parisino reclamó 180 millones de euros al delantero por la “pérdida de oportunidad” derivada de su negativa, en julio de 2023, a aceptar un traspaso millonario. La disputa se intensificó durante una audiencia celebrada en el Tribunal de la Magistratura de Trabajo de París, donde ambas partes expusieron versiones totalmente opuestas.
El jugador, hoy figura del Real Madrid, sostiene una reclamación propia: 240 millones de euros por la reclasificación de su contrato y por el acoso moral que asegura haber sufrido en los últimos meses de su relación con el PSG. Su abogada, Delphine Verheyden, denunció “numerosas presiones” destinadas a obligarlo a extender su vínculo hasta 2025. Insistió en que el supuesto acuerdo para prolongarlo “no es válido” porque no fue homologado.
Verheyden relató que Mbappé vivió una “época horrible”, marcada por su marginación del primer equipo en el verano de 2023 por haberse negado a renovar. Añadió que el club actuó bajo la idea de que “todo se puede comprar”, incluso la voluntad del jugador. Aun así, tras la primera jornada de la temporada 2023-24, Mbappé volvió al once inicial.
El PSG atribuye su reintegración a un pacto económico por el cual el delantero habría cedido parte de las sumas pendientes para no perjudicar las finanzas del club. La defensa rechaza esa versión, al igual que una supuesta oferta de Arabia Saudí. Según Verheyden, la propuesta —que ascendía a 300 millones de euros y era válida hasta el 25 de julio de 2023— “nunca llegó a mi escritorio”.
Tras dejar el club en el verano de 2024 sin traspaso alguno, Mbappé reclama además 55 millones de euros en primas y salarios impagados. Su equipo legal calcula que, si su contrato de duración determinada se hubiera convertido en indefinido, el PSG debería cubrir 240 millones de euros adicionales por daños y perjuicios.
