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La decisión amenaza la estabilidad del T-MEC y reaviva tensiones bilaterales.
WASHINGTON, D.C. — La tensión comercial entre Estados Unidos y Canadá alcanzó un punto crítico luego de que Donald Trump anunciara la terminación inmediata de todas las negociaciones comerciales con el país vecino. La medida, comunicada desde la Casa Blanca, fue detonada por un anuncio del gobierno de Ontario que utilizó un fragmento de un discurso de Ronald Reagan de 1987.
El spot canadiense, difundido en medios locales, retomó palabras del expresidente republicano donde advertía que los aranceles “conducen a represalias” y provocan “feroces guerras comerciales”. Ese guiño histórico bastó para que Trump respondiera con dureza.
En una publicación en sus redes sociales, el mandatario estadounidense calificó el uso del video como un “acto fraudulento” y un “comportamiento atroz”. Además, acusó al gobierno de Ottawa de intentar interferir en las decisiones comerciales de su país, señalando incluso un fallo pendiente ante la Corte Suprema.
El quiebre diplomático llega en un contexto de fricción sostenida. Desde la imposición de aranceles al acero y al aluminio, las relaciones entre Washington y Ottawa se mantienen tensas. Las industrias canadienses han resentido el impacto, mientras que el T-MEC continúa siendo el eje del intercambio económico regional.
Analistas comerciales advierten que la decisión de Trump podría afectar la confianza de los mercados y generar incertidumbre sobre el futuro del tratado norteamericano. Aunque no se ha anunciado un reemplazo formal a las conversaciones, el gesto político marca una nueva fase de distanciamiento entre los dos aliados históricos.


