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La medida sigue a conversaciones entre Donald Trump y Xi Jinping.
Estados Unidos busca contener la crisis por sobredosis de fentanilo.
China afirmó el lunes que está cumpliendo su compromiso de tomar medidas más estrictas contra los productos químicos utilizados en la elaboración de fentanilo, un punto central en las conversaciones recientes entre el presidente Donald Trump y su homólogo Xi Jinping, orientadas a reducir tensiones dentro de la guerra comercial entre ambos países.
Beijing comunicó nuevas restricciones de exportación para 13 sustancias “usadas en la fabricación de drogas” con destino a Estados Unidos, Canadá y México, incluidas aquellas relacionadas con la producción del opioide sintético al que se atribuyen decenas de miles de muertes por sobredosis en territorio estadounidense cada año.
Tras reunirse con Xi el mes pasado en Corea del Sur, Trump afirmó que China contribuiría a frenar la crisis del fentanilo, a cambio de que Washington redujera un arancel del 20% al 10%. El acuerdo representa un paso en la reanudación de una cooperación que ha mostrado avances y retrocesos a lo largo de los años.
Vanda Felbab-Brown, investigadora especializada en la crisis de opioides, señaló que este entendimiento implica que Beijing retoma medidas aplicadas en la segunda mitad de 2024, antes del retorno de Trump a la Casa Blanca.
La Casa Blanca sostuvo, a través de la subsecretaria de prensa Anna Kelly, que el presidente ha tomado “todas las medidas posibles” para frenar el flujo de narcóticos ilícitos, incluyendo reforzar la frontera y atacar las rutas de los precursores.
La cooperación bilateral se ha visto afectada desde 2019. China restringió el fentanilo ese año, pero redujo la colaboración cuando aumentaron tensiones por derechos humanos. En 2023, la administración estadounidense clasificó a China como “importante nación productora de drogas ilícitas”, antes de buscar un nuevo entendimiento.
El desafío actual radica en que productos químicos básicos, con usos legítimos en la industria farmacéutica, agricultura y química, pueden emplearse también en la producción de opioides sintéticos. Según Felbab-Brown, esto permite a Beijing negociar ventajas diplomáticas mientras mantiene capacidad de regulación interna.


