¡Síguenos!
TwittearVisitas: 253
De musa cinematográfica a activista radical por los animales
La actriz francesa Brigitte Bardot murió este domingo a los 91 años, confirmando el fallecimiento de una de las figuras más influyentes de la cultura francesa contemporánea. Símbolo del cine europeo y personaje central del imaginario del siglo XX, se encontraba en proceso de recuperación tras una segunda operación quirúrgica en pocos meses.
Bardot trascendió ampliamente la pantalla. Su imagen anticipó transformaciones sociales profundas en la Francia posterior a la Segunda Guerra Mundial, especialmente en la representación pública de la mujer. Convertida en referente estético, su estilo condensó deseos largamente reprimidos y acompañó el surgimiento de una nueva sensibilidad cultural.
Nació el 28 de septiembre de 1934 en París, dentro de una familia burguesa. Su padre, Louis Bardot, era ingeniero; su madre, Anne-Marie Toty Mucel, se dedicaba al hogar y fomentó su acercamiento al arte. Desde la infancia mostró talento para la danza y a los siete años ingresó al Conservatorio de París.
A los 15 años, una portada de Elle cambió su destino. El cineasta Roger Vadim vio en ella un potencial singular y la impulsó al estrellato con Y Dios creó a la mujer (1956), obra que rompió códigos narrativos y la consolidó como rostro de la Nouvelle Vague.
Participó en 45 películas, con títulos destacados como El desprecio (1963) y ¡Viva María! (1965). En 1973 decidió abandonar definitivamente el cine, cansada del acoso mediático y de una imagen que sentía como una prisión.
Tras su retiro, volcó su vida al activismo animalista y fundó en 1986 la Fundación Brigitte Bardot. Su deriva ideológica posterior, marcada por posturas radicales contra la inmigración, le acarreó diversas condenas judiciales. Con su muerte, se extingue la figura y permanece el mito.

