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Autoridades estadounidenses dicen que la misión es antidrogas; críticos ven presión regional.
El portaaviones más avanzado de Estados Unidos, el USS Gerald R. Ford, llegó al Mar Caribe el domingo en una demostración de poder militar destinada, según el comunicado, a operaciones antidrogas. El Ford completa el mayor despliegue de poderío militar estadounidense en la región en generaciones, con cerca de 12,000 soldados distribuidos en casi una docena de buques. (comunicado de prensa).
El grupo de ataque —bajo el mando del contralmirante Paul Lanzilotta— viaja con escuadrones de combate y destructores de misiles guiados. El secretario de Defensa Pete Hegseth denominó a la iniciativa “Operación Lanza del Sur”. Figuran además declaraciones de altos responsables de la Casa Blanca y del propio presidente Trump.
La Marina informó que el grupo de ataque transitó el Paso de Anegada cerca de las Islas Vírgenes Británicas el domingo por la mañana, según un comunicado. Lanzilotta afirmó que reforzará la fuerza de buques de guerra para “proteger la seguridad y prosperidad de nuestra nación contra el narcoterrorismo en el Hemisferio Occidental”.
El movimiento ocurre mientras, desde principios de septiembre, el gobierno de Trump ha matado al menos a 80 personas en 20 ataques a pequeñas embarcaciones acusadas de transportar drogas en el Caribe y el Pacífico oriental. Trump ha dicho que la acción se ampliará: “detendrá las drogas que entran por tierra” y ha sostenido que Estados Unidos está en “conflicto armado” con los cárteles.
El gobierno insiste en que el despliegue busca cortar el flujo de estupefacientes, aunque no ha presentado pruebas públicas que califiquen a los fallecidos como “narcoterroristas”. Algunos expertos advierten que el Ford quizá no sea la plataforma ideal contra cárteles, pero reconocen su valor como instrumento disuasorio y de presión política, especialmente sobre el gobierno de Nicolás Maduro. El secretario de Estado Marco Rubio recalca que EE. UU. no reconoce a Maduro como líder legítimo y acusa al régimen de colaborar con el tráfico de drogas. Maduro, por su parte, afirma que Washington está “fabricando” una guerra en su contra y ha promovido movilizaciones de defensa.
Analistas como Elizabeth Dickinson (Grupo Internacional de Crisis) describen al Ford como “el ancla de lo que significa tener nuevamente el poder militar de Estados Unidos en América Latina”, y subrayan la fuerte inquietud regional ante la posibilidad de que la presión se traduzca en acciones más contundentes.


