La decisión del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, de suspender los fondos internacionales destinados al VIH ha generado una crisis sanitaria en África. Este recorte, anunciado el 28 de enero de 2025, ha provocado el cierre de clínicas y la interrupción de tratamientos esenciales para millones de pacientes.

El PEPFAR (Plan Presidencial de Emergencias para Alivio del Sida), creado en 2003, aportaba hasta $4,200 millones anuales, beneficiando a más de 20 millones de personas, principalmente en África. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que este recorte podría aumentar significativamente las nuevas infecciones y muertes por sida en la región.

En países como Tanzania, Zambia, Malaui, Kenia y Uganda, más del 60% de la respuesta al VIH dependía de estos fondos. Ahora, clínicas han cerrado y el personal de salud ha sido despedido, dejando a millones sin acceso a medicinas vitales.

Anne Githuku-Shongwe, directora para África oriental de ONU Sida, calificó esta decisión como “dramática y repentina”. Por su parte, Médicos Sin Fronteras (MSF) informó que muchas personas ya han perdido el acceso a tratamientos, generando incertidumbre y temor.

A pesar de algunas exenciones aprobadas, el financiamiento no ha fluido, afectando principalmente a grupos vulnerables como mujeres, niñas y la comunidad LGTBIQ+. Expertos advierten que sin una solución inmediata, la crisis sanitaria podría agravarse.

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