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MOSCÚ, RUSIA. — Rusia realizó un ejercicio militar nuclear de gran escala este miércoles, en una maniobra interpretada como un mensaje de fuerza dirigido a Washington. La demostración se llevó a cabo un día después de que Estados Unidos anunciara el retraso de la segunda cumbre presidencial entre Vladimir Putin y Donald Trump, centrada en la guerra de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó el lanzamiento de un misil balístico intercontinental Yars desde la base de Plesetsk, en el norte del país, con impacto controlado en el campo de pruebas de Kura, en la península de Kamchatka. Según la dependencia, el objetivo fue evaluar la capacidad operativa de su arsenal estratégico.
La operación ocurre en un contexto de alta tensión global. El martes, un funcionario estadounidense informó que la planeada cumbre Putin-Trump sería pospuesta, aunque no cancelada, mientras la Casa Blanca se enfoca en la próxima visita del presidente Trump a Asia.
El Kremlin mantiene una postura desafiante. El mes pasado, Putin advirtió a Estados Unidos y a los aliados de la OTAN que permitir el uso de armas occidentales de largo alcance para atacar el interior ruso sería considerado un acto de guerra.
Ambos mandatarios ya se habían reunido este año en Alaska, en un encuentro descrito como “productivo”, aunque sin resultados concretos hacia un acuerdo de paz.
Rusia reafirmó que continuará modernizando su arsenal nuclear, incorporando misiles de nueva generación con mayor precisión y capacidad para evadir defensas antimisiles.
“Nuestros sistemas estratégicos siguen siendo un pilar esencial de la seguridad nacional”, declaró el portavoz del Ministerio de Defensa en un comunicado oficial.
Con este despliegue, Moscú busca reafirmar su poder disuasorio en un escenario internacional marcado por la incertidumbre diplomática.