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La líder opositora venezolana María Corina Machado fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz durante una ceremonia en Oslo, Noruega, un momento que resonó en la comunidad internacional por su fuerte carga simbólica y política. Aunque no logró llegar a tiempo este miércoles, confirmó mediante una llamada telefónica que sí viajaría a Oslo, pese a mantenerse en la clandestinidad desde hace casi un año, tras una breve detención por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
En su ausencia, su hija Ana Corina Soler recibió el reconocimiento, convirtiéndose en el rostro emocional de un acto marcado por la tensión y la esperanza. La comunicación de Machado con el director del Comité Noruego reveló que estaba por despegar desde un lugar aún desconocido, un detalle que subrayó la dimensión humana del riesgo que enfrenta.
El escenario en Oslo vibró entre aplausos y expectación. La entrega del Nobel, más que un protocolo, se transformó en un mensaje global sobre la resistencia democrática y la fuerza de quienes desafían contextos represivos. El gesto de Soler, sosteniendo el premio en nombre de su madre, consolidó un momento que ya forma parte de la narrativa internacional sobre derechos humanos.
Aún se espera la llegada de Machado a territorio noruego. Su arribo marcará un capítulo crucial para su movimiento, que ha seguido de cerca cada actualización desde distintos puntos de Venezuela y el exterior. La ceremonia, plena de simbolismo, reafirmó su presencia política incluso desde la distancia
