• Peregrinación a Kedarnath termina en tragedia.
• Autoridades investigan fallas operativas y clima extremo.

Un viaje de fe terminó en tragedia la mañana del domingo, cuando un helicóptero con peregrinos hindúes se estrelló en el estado de Uttarakhand, al norte de la India. Las siete personas a bordo murieron, según confirmaron las autoridades locales.

La aeronave, operada por Aryan Aviation, despegó desde la ciudad sagrada de Kedarnath, con destino a Guptkashi, en lo que debía ser un vuelo de apenas 10 minutos. Pero minutos después del despegue, la comunicación se perdió. El helicóptero cayó en una zona boscosa, cerca de la ruta de peregrinación, alrededor de las 5:30 a.m., hora local.

Según reportó Nandan Singh Rajwar, funcionario de gestión de desastres, se activó de inmediato una operación de búsqueda y rescate, aunque no hubo sobrevivientes. El siniestro, al parecer, fue provocado por condiciones meteorológicas adversas, un riesgo frecuente en esta compleja región montañosa del Himalaya.

La tragedia sacudió aún más a la nación, tras el accidente aéreo del jueves pasado, en el que un vuelo de Air India con destino a Londres se estrelló en Gujarat, dejando al menos 270 muertos.

En el caso del helicóptero, entre los fallecidos se encontraba el piloto, junto con peregrinos de los estados de Uttar Pradesh, Maharashtra y Gujarat. Sus cuerpos quedaron calcinados debido al incendio que estalló tras el impacto.

Kedarnath, uno de los cuatro santuarios hindúes más sagrados, recibe miles de visitantes cada verano. Muchos optan por viajar en helicóptero, debido al terreno agreste y la altitud desafiante. Sin embargo, estos vuelos no están exentos de peligro.

El pasado 7 de junio, otro helicóptero tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en la zona tras sufrir una falla técnica. Aunque el piloto resultó herido, los cinco pasajeros sobrevivieron.

Este nuevo accidente abre una vez más el debate sobre la seguridad aérea en la región y la urgencia de revisar los protocolos. Las autoridades ya analizan los hechos. La peregrinación, símbolo de devoción, hoy está marcada por el dolor.