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La reunión se realiza en Anchorage, Alaska, con atención mundial.
Trump abre la puerta a un encuentro trilateral con Zelenskyy.Europa advierte: “Sin Ucrania, no hay paz posible”.
La expectativa se centra este viernes en Anchorage, donde el presidente Donald Trump y el mandatario ruso Vladimir Putin protagonizan una cumbre histórica en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson. Es el primer viaje de Putin a Estados Unidos desde 2015, en un momento en que la guerra en Ucrania sigue desgarrando al continente europeo.
El Kremlin confirmó que habrá una reunión individual entre ambos líderes, con intérpretes, además de un almuerzo con delegaciones. Aunque se programó una conferencia de prensa conjunta, Trump aseguró que hablará con los medios incluso si no se concreta.El trasfondo revela tensiones. Funcionarios europeos informaron que Trump adelantó que no discutirá divisiones territoriales con Putin, un tema que inquieta a Kiev. “Cualquier decisión sin Ucrania es una decisión contra la paz”, advirtió el presidente Volodymyr Zelenskyy, subrayando que Kiev no cederá territorio al ocupante.
¿Posible segunda reunión?
Trump dejó abierta la opción de un encuentro trilateral con Putin y Zelenskyy, aunque aún sin fecha ni lugar definidos. El republicano dijo: “Quiero preparar el terreno para la próxima reunión… debería ocurrir pronto, quizá aquí mismo en Alaska”.El simbolismo de Alaska
La elección de Alaska no es casual. Antiguo territorio ruso hasta 1867, la región fue línea de tensión durante la Guerra Fría. Analistas como Sam Greene del King’s College señalan que este escenario envía un mensaje ambiguo: “Como si se buscara recordar que las fronteras pueden comprarse y venderse”.Las condiciones sobre la mesa
Para Moscú, un acuerdo de paz pasa por que Ucrania renuncie a entrar en la OTAN, ceda territorios anexados y limite sus fuerzas armadas. Kiev, en cambio, exige garantías de seguridad y un alto al fuego real. Europa ha delineado cinco condiciones: participación ucraniana, cese inmediato de hostilidades y rechazo a reconocer territorios ocupados.El resultado de esta cumbre, cuatro años después del último cara a cara entre Trump y Putin, marcará si el camino apunta a la paz o a más concesiones estratégicas.