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• La planta de Bushehr, en Irán, contiene miles de kilogramos de material nuclear.
• Un ataque, incluso indirecto, podría liberar radiactividad a gran escala.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, lanzó una advertencia contundente este viernes durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU: el riesgo de un desastre nuclear en Oriente Medio es más real que nunca si Israel llega a atacar la planta de Bushehr, ubicada al sur de Irán.
Grossi no se guardó nada. Afirmó que “los ataques contra instalaciones nucleares en Irán han provocado una fuerte degradación de la seguridad nuclear”, aunque aclaró que hasta ahora no se han producido emisiones radiactivas con consecuencias directas para la población. Sin embargo, el tono fue claro: “existe el peligro de que esto ocurra”, dijo con firmeza.
El jefe del OIEA hizo énfasis en la magnitud del riesgo. Bushehr alberga miles de kilogramos de material nuclear, lo que convierte a esta central eléctrica en un objetivo extremadamente delicado. Cualquier ataque directo podría desencadenar una liberación masiva de radiactividad al ambiente, impactando a millones dentro y fuera de las fronteras iraníes.
Además, Grossi advirtió que un ataque indirecto, como el corte del suministro eléctrico, podría colapsar el sistema de enfriamiento, con el mismo resultado devastador: la fuga de materiales radioactivos. “Los ataques armados contra instalaciones nucleares nunca deberían tener lugar”, subrayó. “Las consecuencias pueden ser irreversibles”.
Varios países de la región, según reveló Grossi, ya han expresado su preocupación directamente ante él. El clima diplomático se tensa.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, hizo un llamado urgente a todas las partes involucradas: “Está en juego el futuro de la humanidad”. La comunidad internacional, advirtió, no puede mirar hacia otro lado.