La negociación, cerrada en Escocia durante un encuentro entre Trump y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, evitó una inminente guerra comercial que habría comenzado el 1 de agosto, fecha prevista para la imposición de aranceles del 30% por parte de Washington.

“Es un ajuste necesario para equilibrar nuestras economías”, expresó Von der Leyen desde Turnberry, en la costa oeste escocesa, sede del encuentro bilateral.

Además de los aranceles, el pacto incluye importantes compras europeas de energía y equipamiento militar estadounidense, fortaleciendo el vínculo estratégico entre ambos bloques.

Uno de los puntos clave del acuerdo, según medios como la Redacción Europea (EFE), es la inversión de 600 mil millones de dólares que la Unión Europea inyectará en sectores específicos dentro del territorio estadounidense.

Por su parte, la Casa Blanca calificó el pacto como un “acuerdo comercial histórico” a través de sus canales oficiales. En X (antes Twitter), se difundió: “Acuerdo alcanzado. El presidente Trump asegura un acuerdo comercial histórico con la Unión Europea.”

El anuncio aún deja cabos por atar. Los detalles técnicos del tratado no han sido completamente revelados, pero fuentes diplomáticas han confirmado que ambas partes lograron resolver los principales desacuerdos.