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En la conferencia matutina del 31 de julio de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aclaró que la salida de Iberdrola de México no fue producto de alguna disputa con el país, sino una decisión estratégica de la empresa.
Iberdrola vendió su filial mexicana a la empresa española Cox por un monto de 4,200 millones de dólares, suma que incluye deuda financiera y participación de accionistas minoritarios.
Cox, con años de experiencia en el sector energético mexicano, adquirió activos que incluyen una capacidad instalada de 2,600 megavatios (MW). De estos, 1,368 MW corresponden a centrales de ciclo combinado y cogeneración, y 1,232 MW a proyectos renovables, además de una cartera de generación que alcanzará los 12 gigavatios (GW) en el futuro.
Sheinbaum destacó que Cox es una empresa reconocida y legalmente establecida, con capital principalmente español, pero con presencia sólida en México. La transacción garantiza la continuidad en el suministro, pues Iberdrola es la mayor suministradora del país con un 25% de cuota de mercado y más de 20 teravatios por hora (TWh) distribuidos a más de 500 grandes clientes.
La compra incluye un proceso jurídico formal y el pago de impuestos correspondientes. Además, Cox realizará pagos adicionales a Iberdrola a medida que se completen los proyectos de generación previstos, lo que refleja una negociación en evolución y transparente.
Ambas compañías notificaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España la transacción el jueves 31 de julio de 2025, dando certeza a los mercados y consumidores mexicanos.
Esta venta no implica conflictos con México, sino un cambio estratégico de Iberdrola que apuesta por Europa, mientras Cox fortalece su posición en el sector energético nacional. Como dijo la presidenta, es una decisión empresarial con todos los procedimientos legales y fiscales al día.