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🔹 El gobierno de Alejandro Armenta reconoce su sabiduría y legado
🔹 Se apuesta por salud, rehabilitación, atención geriátrica y tanatología
En Puebla, los adultos mayores han dejado de ser invisibles. En apenas 233 días de gobierno, el mandatario Alejandro Armenta ha dejado clara su postura: los abuelitos no son un estorbo, son patria.
Desde la Casa del Abue, un espacio que conjuga salud y dignidad, se ha reencontrado el corazón de una sociedad que alguna vez olvidó a quienes la formaron.“Cada abuelito es un corazón amoroso que cuidó, alimentó y educó a nuestros padres. Ese amor lo heredan los nietos”, afirmó el gobernador en un acto que cruzó lo simbólico y lo concreto.
La estrategia no se queda en discursos. Rehabilitación, deporte, medicina geriátrica, tanatología y atención constante son pilares que sostienen la política pública hacia los adultos mayores, diseñada con un enfoque transversal y humano.
Alejandro Armenta lo expresa:“Los abuelitos son jóvenes con juventud acumulada”.
El mensaje busca romper con el aislamiento histórico de este sector, que —al igual que los niños con enfermedades crónico-degenerativas o los jóvenes con farmacodependencia— ha sido marginado por décadas.
El reto ha sido cultural: cambiar el chip.
“Lo primero que hicimos fue dignificar. Hacer entender a la sociedad y a las familias que una abuela no es una carga, sino una sabia que dio todo”, insistió Armenta.
En su visión de gobierno, la asistencia social no es caridad, es justicia. Por eso, la voluntad cotidiana guía el trabajo. Porque, al final, cuidar a quienes nos cuidaron no es una opción. Es una responsabilidad compartida.