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La crisis financiera de la agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, pone en peligro la documentación de aproximadamente 500.000 migrantes venezolanos en Colombia. La reducción de fondos, principalmente de Estados Unidos, ha obligado a la organización a cerrar varios programas de asistencia vitales en todo el mundo.
Más de medio millón de migrantes venezolanos en Colombia dependen de estos programas para regularizar su situación legal y acceder a servicios esenciales. Esta situación también afecta a miles de personas en África y Oriente Medio, donde se han cerrado servicios de apoyo a víctimas de violencia y otros programas cruciales.
El impacto de los recortes es devastador. En Sudán del Sur, el 75% de los espacios de asistencia a mujeres y niños han sido cerrados, dejando a unas 80.000 víctimas de violencia sexual sin atención médica, legal y económica. Además, 63 programas de ayuda en Jordania que beneficiaban a 200.000 personas ya no están operativos.
La reducción de los fondos comenzó a finales del 2024, después de que Estados Unidos decidiera retirar parte de su financiamiento, lo que afecta principalmente el programa de reasentamiento de refugiados, tradicionalmente uno de los mayores receptores de refugiados en el mundo. Elizabeth Tan, directora de protección internacional, subrayó que la pérdida de este programa "es un gran golpe" para los refugiados, ya que aunque el reasentamiento es solo una solución para un pequeño número, "salva vidas".
Los recortes en ACNUR exigen una responsabilidad compartida entre países para brindar asistencia a los refugiados y migrantes más vulnerables. Si quieres conocer más sobre esta situación, visita ACNUR.