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Renuncia sacude al gobierno de Ishiba, que ya enfrenta baja popularidad.
Japón lucha contra el encarecimiento del arroz: ha subido hasta un 90 %.
El ministro de Agricultura de Japón, Taku Eto, presentó su renuncia este miércoles tras recibir una ola de críticas por unas declaraciones que, para muchos, resultaron insensibles: confesó que “nunca compra arroz” porque sus seguidores se lo regalan. La afirmación llegó justo cuando el país atraviesa una crisis por el alza de precios del arroz, uno de los pilares de su dieta.
La salida de Eto representa otro golpe para el gobierno del primer ministro Shigeru Ishiba, cuyo gabinete ya enfrenta su nivel más bajo de aprobación desde que asumió el cargo. Tras reprender personalmente a Eto, Ishiba lo relevó del cargo y designó al exministro de Medioambiente, Shinjiro Koizumi, como nuevo titular de Agricultura.
Durante un acto en la ciudad de Saga, Eto se jactó: “Tengo tanto arroz que podría venderlo”. Más tarde, pidió disculpas ante el Parlamento y reconoció que fue un error: “Compré arroz la semana pasada. Entiendo que fue un comentario inapropiado, especialmente para quienes luchan por acceder a él”.
Mientras tanto, el gobierno intenta frenar la escalada de precios —que se ha duplicado en el último año— liberando parte de sus reservas nacionales. Estas fueron creadas tras la crisis de 1993, y rara vez se utilizan, lo que habla de la magnitud de la situación actual.