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El espionaje político habría utilizado una mansión de lujo incautada en Lomas de Chapultepec
Las autoridades investigan un posible esquema de peculado y fraude millonario
Ciudad de México. — El escándalo del espionaje político en México sumó este fin de semana una nueva pieza al rompecabezas. El diario El País reveló que una mansión en Lomas de Chapultepec, propiedad incautada a Raúl Salinas de Gortari, habría sido utilizada por la entonces PGR como centro secreto de vigilancia durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Según la investigación, los hechos se remontan a los años en que Jesús Murillo Karam dirigió la Procuraduría (2012–2015). Documentos oficiales apuntan a que en el domicilio ubicado en Avenida Explanada 1230 se instalaron equipos de espionaje adquiridos a través de la empresa offshore Duritz Holdings Limited, registrada en Gibraltar.
Humberto Antimo Rivera, exdirector general de Seguridad Institucional de la PGR, reconoció que los equipos sí fueron entregados, pero no en instalaciones oficiales, sino en esa propiedad asegurada. Su declaración busca justificar el uso de 250 millones de pesos asignados al contrato, hoy bajo investigación por posibles delitos de peculado, asociación delictuosa y fraude.
Este caso se suma al historial de uso indebido del malware Pegasus, supuestamente destinado a combatir al crimen, pero usado para vigilar a activistas, periodistas y opositores políticos. Ahora, el inmueble vinculado a la familia Salinas se encuentra en el centro de las pesquisas.
Las autoridades señalan que entre 2013 y 2015, la mansión estuvo bajo el resguardo de la Oficialía Mayor de la PGR, dirigida por Aracely Gómez Molano, cercana a Murillo. Fue en ese lapso cuando se habría activado el sistema de intercepción clandestino.
Consulta el reportaje completo en El País.